Los líderes empresariales globales con operaciones en China se enfrentan a una tormenta perfecta de incertidumbre, ya que Beijing emite un trabajo de parche de políticas que alternativamente dan la bienvenida a la inversión extranjera y la restringen, y la administración Trump revive los temores de aranceles renovados, controles de exportación y posibles represalias chinas. La desaceleración económica de China también ha causado daños financieros reales multinacionales en ciertos sectores, con perspectivas poco claras por delante.