5 cosas que la prisión me enseñó sobre el liderazgo real

¿Qué tienen en común la prisión y las empresas? A primera vista, nada. Uno es un lugar donde la esperanza y la confianza son escasas, y cada decisión que tome es una cuestión de supervivencia. El otro es un mundo basado en innovación y colaboración, lleno de oportunidades. Pero cuando los despoques a ambos hasta su núcleo, encontrarás lo mismo: el liderazgo. Y no el tipo de liderazgo sobre el que lees en libros brillantes. Estoy hablando de liderazgo ganado en la vida real.
Mi nombre es Andre Norman, y una vez fui sentenciado a más de 100 años de prisión. Ese tipo de tiempo rompe a la mayoría de los hombres. Pero trabajé día tras día para ganar mi libertad y, después de 14 años, volví al mundo como un hombre completamente diferente. Mientras estaba tras las rejas, antes de darme cuenta de que mi vida no tenía que terminar en prisión, subí a las filas del sistema de pandillas. Como jefe de prisión, administré actividades de pandillas dentro de las paredes de máxima seguridad, uno de los entornos más difíciles del planeta. Pero pronto me di cuenta de que, aunque tenía un sentido de liderazgo, era el rey de la nada.
Durante dos años de confinamiento solitario, tomé una decisión que cambió todo. Puse mi vista en la Universidad de Harvard. Era un gran objetivo para alguien en mi posición, pero sabía que si lo quería lo suficientemente mal, podría hacerlo realidad. Desde ese momento, trabajé hacia atrás, usando las mismas habilidades que me ayudaron a sobrevivir en prisión: leer personas, establecer contactos, comunicarme. Y en 2015, mi sueño se hizo realidad: obtuve una comunión en la Facultad de Derecho de Harvard.
En prisión, el liderazgo no era un título, fue la supervivencia. Tenías que saber leer gente. Si realiza la llamada incorrecta, podría costarle su vida. No tenía el lujo de adivinar. Tenía que saberlo. ¿Esta persona me va a matar hoy, o es alguien con quien puedo trabajar? Detrás de las rejas, aprendes rápidamente que la lealtad no se da, se gana. ¿Y confiar? La confianza es la moneda más valiosa de todas.
Cuando salí y comencé a trabajar con CEO y líderes, me di cuenta de que el mundo de los negocios no es tan diferente del mundo que dejé atrás, advierte el hecho de que nadie viene a la mesa con un cuchillo. Aún así, los principios del liderazgo no cambian. En prisión, a nadie le importa tu título. No te siguen porque dices que estás a cargo. Te siguen porque has demostrado que puedes liderar. Es lo mismo en los negocios. Tu gente no va a confiar en ti solo por tu organigrama. Confiarán en ti porque les has demostrado que vale la pena confiar.
Si he aprendido una cosa, es que el liderazgo es universal. Ya sea que esté tras las rejas o detrás de un escritorio, se aplican las mismas reglas. Estas son algunas de las reglas que he recogido en el camino:
La comodidad es el enemigo del éxito
La comodidad es una trampa. En prisión, sentirse cómodo significaba bajar la guardia. Y soltar la guardia podría significar perder todo. Lo mismo se aplica al liderazgo. Cuando usted y su equipo se instalan en un ritmo que se siente "seguro", dejas de crecer. Los mejores líderes adoptan incomodidad porque es una señal de crecimiento y progreso.
Hacer mejores personas, no solo mejores negocios
La prisión me enseñó que la fuerza de su tripulación determina la fuerza de su liderazgo. Si solo está enfocado en alcanzar números o cumplir con los plazos, se está perdiendo la imagen más grande. En los negocios, al igual que en la vida, mejores relaciones crean mejores resultados. Como líder, su trabajo no es solo para asegurarse de que el trabajo se realice, es para ayudar a su equipo a convertirse en las mejores versiones de sí mismos. Cuando invierte en su gente, los resultados se cuidan de sí mismos.
La responsabilidad no es castigo
Hacer responsable a las personas no te convierte en el malo. La responsabilidad es amor. Significa que te importa lo suficiente como para desafiar a tu equipo para que sea mejor, al igual que te desafías a ser un mejor líder. En prisión, la responsabilidad era de vida o muerte. En los negocios, es la diferencia entre la mediocridad y la grandeza. Cuando responsabiliza a las personas, no las estás castigando, les estás mostrando que crees en su potencial.
La comunicación lo es todo
En prisión, un solo paso en falso en comunicación podría conducir al caos. Lo mismo ocurre con los negocios. La comunicación efectiva no se trata solo de lo que dices, sino de cómo la dices. Aún más importante, se trata de cómo escuchas. Grandes líderes leen entre líneas y notan lo que se quedó sin decir. Su objetivo no es ser la voz más fuerte de la habitación, sino crear espacio para que las personas hablen. La comunicación es el pegamento que mantiene unido a su equipo.
Las esposas doradas todavía son esposas
Las esposas trampa a los líderes también. La pregunta es: ¿estás en tu posición porque te apasiona el trabajo o por el atractivo del dinero, el estado y el poder? El liderazgo puede sentirse como una jaula, incluso cuando está bordeado de ventajas. Si te sientes limitado, es hora de un cambio. Puedes alejarte. O simplemente puede liberarse de la monotonía buscando nuevos desafíos que lo inspire y estire.
El liderazgo no es una posición, es una práctica. Es algo en lo que trabajas cada día. El liderazgo se obtiene a través de la acción y se demuestra en los momentos en que avanzas, incluso cuando es difícil. Entonces, tiene una opción: liderar con un propósito o pasar por los movimientos. Los líderes que tienen el mayor impacto son los que nunca dejan de hacer el trabajo.
¿Cómo es tu liderazgo?