Más de 3 millones de niños murieron en 2022 debido a la resistencia a las drogas: estudio | Noticias de salud

Las muertes están relacionadas con las infecciones de resistencia a la antimicrobiana debido al uso excesivo o el uso indebido de algunos medicamentos.
Se cree que más de tres millones de niños, muchos de ellos del sudeste asiático y África, perdieron la vida en 2022 debido a infecciones que son resistentes a los antibióticos, según una nueva investigación.
"El estudio subraya la necesidad urgente de estrategias regionales y globales para combatir el AMR pediátrico", dijo el informe publicado en Austria el domingo, refiriéndose a las infecciones de resistencia antimicrobiana (AMR).
"AMR representa una amenaza crítica para los niños, que son altamente vulnerables a las infecciones".
En el informe, el grupo científico Escmid dijo que más de 752,000 niños en el sudeste asiático y 659,000 en África murieron debido a complicaciones vinculadas a las infecciones.
Se registraron más de 1.5 millones de muertes en otras regiones del mundo.
El profesor Joseph Harwell, coautor del estudio de la Iniciativa de Acceso a la Salud de Clinton, explicó que debido al uso excesivo o el mal uso de algunos medicamentos, algunas bacterias han evolucionado, cada vez más resistentes a algunos antibióticos.
"Si las bacterias desarrollan resistencia a estos antibióticos, habrá pocas alternativas, si es que hay alguna, para tratar las infecciones por resistencia a múltiples fármacos", dijo Harwell.
Dijo que el aumento en el uso de algunos tipos de antibióticos presenta "varios riesgos graves a largo plazo", especialmente entre los niños.
De las tres millones de muertes infantiles estimadas en 2022, dos millones se han asociado con el uso de antibióticos de vigilancia y reserva.
Los antibióticos de reloj son aquellos considerados como medicamentos con un alto riesgo de resistencia, mientras que los antibióticos de reserva son aquellos considerados como tratamientos de última línea para infecciones graves y resistentes a múltiples fármacos.
Ambos antibióticos no están destinados al tratamiento de primera línea, pero su uso ha aumentado exponencialmente en Asia y África.
Varios factores contribuyen a la gravedad de las infecciones resistentes a los antibióticos en países de ingresos bajos y medios, incluidos hospitales superpoblados, saneamiento deficiente y medidas de prevención de infecciones débiles, según el estudio.
La falta de vigilancia efectiva en esos países también dificulta rastrear las tendencias de resistencia y establecer protocolos de tratamiento efectivos, agregó.
"Abordar este problema requiere una acción urgente y coordinada a nivel regional y global", agregó el estudio.