Sin una acción decisiva, Alemania corre el riesgo de estancamiento. Pero con las reformas correctas, el país puede reparar y acelerar su tartamudeo motor económico, escribe Alex Roth.
La fuerza económica de Alemania se ha basado durante mucho tiempo en una base industrial formidable, una fuerza laboral altamente calificada e instituciones nacionales sólidas.
Sin embargo, durante décadas, su prosperidad también estuvo respaldada por una frágil trifecta: energía rusa barata, el paraguas de seguridad de los Estados Unidos y un próspero mercado de exportación en China.
Ahora, los cambios globales han desmantelado estos apoyos externos, exponiendo fragitaciones estructurales profundas. Una fuerza laboral envejecida, una inversión crónica y inercia regulatoria amenazan con afianzar el estancamiento.
Con las elecciones ahora detrás de nosotros, la urgencia de la reforma es más clara que nunca. Después de dos años de crecimiento negativo, Alemania debe revitalizar su economía.
El nuevo gobierno tiene una oportunidad crucial para recalibrar la trayectoria económica de Alemania con reformas audaces y atacadas. Al mismo tiempo, Alemania debe continuar jugando con sus puntos fuertes para seguir siendo competitivos en la nueva economía global.
Primero, política fiscal
Una recalibración debe comenzar con la política fiscal. El freno de deuda constitucional de Alemania, que limita el déficit federal al 0.35% del PIB, ha limitado significativamente la inversión pública.
La prudencia fiscal es encomiable, pero su aplicación rígida tiene infraestructura hambrienta, digitalización y modernización industrial de fondos muy necesarios. En 2021, la inversión pública era del 2.6% del PIB, muy por debajo del promedio de la OCDE de 3.4%.
Un estudio del año pasado estima que Alemania debe invertir al menos 600 mil millones de euros durante la próxima década para modernizar la infraestructura, mejorar la educación y avanzar en la descarbonización, excluida los recursos adicionales necesarios para el aumento del gasto de defensa.
El sentimiento público está cambiando en consecuencia. El 55% de los alemanes ahora apoyan las reformas al freno de deuda, incluido el 55% de los votantes de CDU y el 41% de los partidarios del FDP.
La escasez de trabajo presenta un desafío igualmente apremiante. Alemania está en curso para perder siete millones de trabajadores para 2035, un cambio demográfico que amenaza con erosionar la productividad. Para elevar la tasa de crecimiento potencial de Alemania a su promedio a largo plazo de 1.1% para 2029, que coincide con el promedio de 2004 a 2023, los cálculos indican que se requeriría una afluencia de 1,5 millones de migrantes en edad laboral.
Sin embargo, la inmigración sola es insuficiente. Alemania también debe hacer más para integrar a los trabajadores calificados en el mercado laboral, particularmente al expandir el acceso al cuidado infantil y la reforma de las políticas fiscales, que actualmente conducen a tasas de impuesto sobre la renta marginales muy empinadas para las segundas ganadoras.
Como resultado, actualmente 2.3 millones menos de mujeres están empleadas en comparación con los hombres, y tienen cinco veces más probabilidades de trabajar a tiempo parcial. Abordar estas barreras ayudaría a mitigar las presiones demográficas y aumentar la participación de la fuerza laboral.
Los obstáculos regulatorios siguen siendo un freno significativo para el crecimiento. Las empresas alemanas gastan aproximadamente 65 mil millones de euros anuales en cumplimiento y certificación, mientras que la espera de 120 días para una licencia comercial supera con creces el promedio de la OCDE.
Simplificar la regulación, especialmente en la infraestructura y las aprobaciones industriales, mejoraría la competitividad. Alentadoramente, las reformas específicas en el sector energético ofrecen un plan: la racionalización de los procesos de aprobación para proyectos eólicos y solares y anclar estos cambios en la legislación ha asegurado un despliegue más rápido y una claridad regulatoria a largo plazo.
Desde 2022, Alemania ha superado a sus pares europeos en la expansión de la capacidad renovable. Este modelo debe replicarse en otros sectores de alto crecimiento.
La fuerza excepcional también está ahí
A pesar de estos vientos en contra, Alemania conserva fortalezas excepcionales. Su base industrial sigue siendo un líder mundial en excelencia en ingeniería, una ventaja vital en la era de las tecnologías verdes y digitales.
La demanda de soluciones sostenibles se está alzando, y Alemania lidera las economías avanzadas en patentes para innovaciones ecológicas. También supera el índice de ventaja comparativa del FMI para productos verdes, superando tanto a los Estados Unidos como a China. Su red de empresas medianas altamente especializadas, conocidas como Mittelstand, ha demostrado durante mucho tiempo la resiliencia e innovación.
Estos "campeones ocultos" dominan los mercados de nicho al forjar fuertes relaciones con los clientes y desarrollando soluciones técnicas de vanguardia. Muchos ahora están adoptando la inteligencia artificial para optimizar la producción y expandir sus ofertas de servicios.
El ecosistema de inicio de Alemania también está ganando impulso. Solo en 2024, se lanzaron más de 2.700 nuevas nuevas empresas, un aumento del 11% respecto al año anterior. El optimismo entre las empresas de fabricación de alta tecnología y servicios digitales sigue siendo fuerte, atrayendo la confianza de los inversores.
La inversión de capital de riesgo ha aumentado, aumentando de menos de $ 5 mil millones anuales entre 2015 y 2019 a un promedio de $ 11 mil millones hoy.
El país ahora cuenta con 46 unicornios, compañías de alto crecimiento valoradas en más de $ 1 mil millones, la mayoría de las cuales operan en industrias basadas en tecnología con respaldo de inversores nacionales e internacionales. Esto indica confianza en el potencial de innovación de Alemania, pero mantener esta trayectoria requiere un marco de políticas que incentive la inversión a largo plazo.
La capacidad de la reinvención de Alemania sigue sin disminuir. El país cuenta con instituciones de investigación de clase mundial, una fuerza laboral calificada y una tradición incomparable de ingeniería de precisión. Sin embargo, estas fortalezas deben aprovecharse activamente a través de reformas estratégicas.
Los formuladores de políticas deben simplificar la burocracia, repensar las limitaciones fiscales obsoletas e invertir en el futuro. Sin una acción decisiva, Alemania corre el riesgo de estancamiento. Pero con las reformas correctas, el país puede reparar y acelerar su tartamudeo motor económico.
Alex Roth sirve como líder comunitaria, agenda regional, Europa en el Foro Económico Mundial.